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Mega scandalo con costo economico y humano que se quedara impune...

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Mega scandalo con costo economico y humano  que se quedara impune... Empty Mega scandalo con costo economico y humano que se quedara impune...

Mensaje por Charlie319 Lun Mayo 27, 2013 12:38 pm

Aparentemente, durante la administracion de Sila "La Faraona"... a algun alicate se le ocurrio sepultar un reporte que era disonante con la ideologia de la caudillo de aquel cuatrenio. Conociendo los bolindros de esta, dudo que algun chupatintas se haya dado a la labor de independientemente sepultar un estudio que podria poner a Sila en mala luz, ya que la exponia como equivocada (cosa que es imposible para alguna gobernadora popular) y echar a tierra uno de los baluartes de su gesta cuatrenial... En fin, lo taparon tan bien que ni Anibal ni LFB lo hallaron... Pero ahora, tras los discursitos de Agapito para reactivar la economia en Vieques(AKA isla kayak), magicamente surgen los escritos que limpian la via para que la gente (los que les interese) inviertan en lo que hasta la semana pasada se consideraba un vertedero de materiales toxicos dificilmente digno de ser humano alguno que apreciara la salud y longevidad... Ustedes de verdad creen que ha sido fortuito esto???? Mega scandalo con costo economico y humano  que se quedara impune... Nuclearwaste



Estudio oculto por casi 12 años




Análisis de Agricultura arrojó que el ganado en Vieques no estaba contaminado, pero el mismo no fue revelado. La industria ganadera en la Isla Nena se extinguió.



Para no contradecir la posición de la administración” de la exgobernadora Sila Calderón. Esa es la explicación que se les ocurre, más de una década después, a varios profesionales que tuvieron conocimiento de un estudio, realizado en 2001, a muestras de carne de ganado de Vieques, para que los alentadores resultados de esos análisis nunca fueran revelados.

Funcionarios enterados de las pruebas creen que pudieron ocultarse los resultados porque no eran cónsonos con la opinión de la administración de Calderón, que sostenía que Vieques tenía un grave problema de contaminación debido a las prácticas de la Marina de los Estados Unidos en la isla.

Las muestras del tejido extraído de ganado criado en la isla municipio arrojaron niveles normales de metales pesados, según aseguraron los funcionarios entrevistados por El Nuevo Día. Así también lo confirma el documento con los reveladores resultados.

Estos profesionales dijeron que la prueba fue una gestión del Departamento de Agricultura, que entonces buscaba evitar que la mácula de la contaminación afectara el sector agrícola. Pero finalmente los funcionarios de la agencia claudicaron en su objetivo. Los resultados no fueron difundidos, lo que, a juicio de ellos, causó que la industria ganadera viequense, que llegó a tener más de 1,500 cabezas de ganado, se extinguiera inexorablemente.

Los hallazgos figuran en una carta, enviada el 17 de octubre de 2001, por el doctor Luis A. Colón, entonces veterinario del Estado. En la carta, enviada al agrónomo Eduardo Siberio Talavera, entonces subsecretario de Agricultura, Colón indica que había recibido los resultados de los “análisis de metales pesados hechos a tres muestras de tejido de tres animales vacunos procedentes de la isla municipio de Vieques”.

Aunque la razón para no divulgar los análisis no quedara clara, los resultados científicos sí. Certificaban contundentemente que la carne del ganado muestreado no estaba contaminada con metales pesados, lo que sin duda, antes y aún ahora, era una buena noticia.

Colón también señala que los resultados de los “análisis caen dentro de los niveles normales esperados” y añade: “Deducimos que los animales analizados no demuestran evidencia alguna de niveles tóxicos de cadmio, cobalto, cobre, plomo, manganeso o níquel”. La misiva incluye una tabla con los valores normales y los detectados en las muestras de tejido.

Fernando Toledo, entonces secretario de Agricultura, ordenó la prueba después que el doctor Arturo Massol difundiera otro análisis que hizo sobre la presencia de metales pesados en el pelo del lomo de seis cabras que pastaban en los barrios Monte Santo y Santa María y que arrojaron niveles de metales pesados muy superiores a lo normal.

Esos resultados crearon gran resentimiento entre ganaderos y funcionarios de Agricultura y del Servicio de Extensión Agrícola de Vieques, debido a que no entendían cómo con solo las muestras de pelo se podía concluir que un animal estaba contaminado. El argumento era razonable, pues consignar la presencia de estos contaminantes en el pelaje no podía científicamente llevar a la conclusión de que la cadena alimentaria estaba en riesgo. Solo un estudio de tejidos, sangre o vísceras podría revelar si la carne, el verdadero producto de consumo, estaba contaminada y, por tanto, si era peligroso consumirla.

Impacto devastador

“Después del estudio de las cabras de Massol, la industria ganadera no se volvió a levantar, porque la gente pensó que la carne estaba contaminada y eso acabó con esa industria. Esas muestras no eran adecuadas, porque no se puede concluir con muestras de pelo que en el sistema del animal hay metales pesados también. Hay muchos factores que pueden evitar que del pelo pase al interior del animal”, dijo el agrónomo Rubén Reyes, que labora en la Oficina del Servicio de Extensión Agrícola de la Universidad de Puerto Rico, en Vieques.

Reyes indicó que “un estudio responsable debía tomar muestras de tejido, de las vísceras, de la sangre o de los órganos internos, porque así se sabe si hay metales pesados en la carne, que es lo que come la gente”. También sostuvo que, tras difundirse los resultados de los análisis del pelo de las cabras, inició gestiones, junto con algunos ganaderos, para que el Gobierno estudiara el tejido del ganado. Ramón González, presidente de la Asociación de Agricultores, también confirmó que promovió activamente que se hiciera el estudio.

Antes de que se diera a conocer el análisis de las cabras, Massol había divulgado otro estudio sobre la vegetación silvestre y agrícola en el barrio Monte Carmelo, y en una finca de frutos orgánicos del barrio Luján, y se detectó presencia de metales pesados como plomo, cadmio, cromo, manganeso, cobalto, níquel y cobre.

La publicación creó un estado de alarma y sembró dudas sobre la calidad de carne del ganado local, debido a que, presuntamente, si la vegetación registraba presencia de estos contaminantes, los pastos que consumía el ganado también estarían contaminados. La prensa emplazó a Toledo con los resultados de los estudios de Massol. El 7 de agosto de 2001, el secretario decretó una moratoria de seis meses en consumo y transporte del ganado viequense. La ausencia de ganado en Vieques fue, precisamente, lo que provocó que Massol decidiera hacer su estudio en el pelo de las cabras, en agosto del aquel año.

Pero la mayoría del ganado fue trasladado a la isla grande antes de la moratoria sin que hubiera una alerta real sobre la calidad de la carne de los animales, puesto que se mercadeó en los meses siguientes a través de los macelos de Maunabo o Humacao, según supo este diario. La carne de cuestionable o controvertible calidad en Vieques, después de poco más de una hora de viaje y ya en la isla grande, pareció convertirse en un parpadeo en producto de consumo seguro para los pobladores de este otro lado del archipiélago.

La moratoria privó a los viequenses de un importante abasto de carne y otros productos que pudieron haber obtenido sin el costo de importación, mediante los servicios del matadero y la carnicería locales, que terminaron por cerrar a falta de ganado que procesar.

¿Quién lo encubrió?

El exsecretario Fernando Toledo reconoció que los resultados del estudio que él ordenó eran favorables para la industria ganadera, pero aseguró no conocer la razón por la que nunca se publicaron. Dijo que delegó el asunto en sus subalternos Luis Rivero Cubano y Francisco Aponte. Este último es subsecretario de Agricultura actualmente y negó que le hubieran encomendado los estudios de Vieques.

“No, eso no es cierto. Es la primera vez que veo este documento”, dijo Aponte al confrontarlo con la carta de Colón.

Por su parte, Rivero Cubano, hoy a cargo de un fondo para el fomento de la infraestructura agrícola, negó que Toledo le hubiese asignado alguna gestión del estudio de Vieques. “En ese momento yo dirigía la Autoridad de Tierras. No recuerdo que se me hubiese asignado lo de Vieques”, dijo Rivero.

Confrontado con las respuestas de Aponte y de Rivero, Toledo señaló: “Mienten, están mintiendo. Yo estaba dedicado a los proyectos de desarrollo y a ellos se les delegó lo de Vieques”. Insistió en que ningún funcionario de La Fortaleza lo instruyó para que ocultara los resultados. Rivero, que ocupó la secretaría de Agricultura a mediados del 2002, después que Toledo saliera del cargo en medio de acusaciones de irregularidades, aseguró no saber por qué los resultados se mantuvieron en secreto bajo su incumbencia.

La política del silencio

Por su parte, el Dr. Colón dijo que “el estudio de Agricultura demostró que la carne de las reses no estaba infectada de metales pesados como decía el estudio del Dr. Massol”.

Además, sostuvo que es muy posible “que los resultados no se informaran para no contradecir la posición del Gobierno”. No obstante, el doctor indicó que aquel año hubo mucha controversia con los estudios que realizaban en Vieques. “Había mucha politiquería porque el gobierno de Sila Calderón decía que en Vieques había mucha contaminación, una cosa muy difícil de confirmar”, indicó Colón.

La economista Judith Conde, que también trabaja en Extensión Agrícola en Vieques y conocía sobre los hallazgos del análisis, sostuvo que “es muy probable que no se dieran a conocer los resultados de esos estudios para no contradecir la posición de la administración de Sila Calderón, que se inclinaba a favor de que la isla estaba contaminada”.

El agrónomo Reyes coincidió con Conde y piensa que la política cultivó el silencio sobre las conclusiones científicas y dio el espacio para que creciera sin obstáculos una estrategia política a la sombra de la cual sucumbió toda la industria y sus posibilidades de futuro, como parece haber ocurrido por al menos doce años. Afirmó que “el discurso de la contaminación tuvo un efecto negativo contra la ganadería y contra unos proyectos de siembra de piñas a nivel comercial y de otros frutos que estaban en desarrollo en el 2001. Todo eso desapareció por el temor a que la gente se comiera algo que estuviera contaminado. Eso le hizo un daño increíble a la ganadería, que desapareció”.

Mega scandalo con costo economico y humano  que se quedara impune... Estudio




Por lo visto un monton de gente sabia del estudio sepultado y no se dijo nada hasta hoy... Dias despues del compromiso de Agapito de inyectarle recursos a un Vieques que no se ha levantado tras la partida de la marina... Si el PPD nos mintio sobre esto, por que hay que confiar que hoy, o cualquier otro dia, van a hablar con la verdad?

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